Diogenes Taborda, Natalio Botana y el Diario Critica



Natalio Félix Botana llegó a Buenos Aires en 1911, huyendo de su país, Uruguay, donde un año antes se había plegado al levantamiento de un caudillo del Partido Blanco, Basilio Muñoz, contra el presidente Claudio Williman: derrotados los blancos, estuvo en Corrientes y en Paraguay antes de resignarse a buscar de qué vivir en los medios porteños. Fue periodista de El Diario, La Razón, Ultima Hora y PBT, mientras frecuentaba a políticos como el conservador Marcelino Ugarte, quien había sido y volvería a ser gobernador de la provincia de Buenos Aires.Helvio Botana, uno de los hijos del hombre que a los 25 años fundó Crítica, aseguró que el capital para ponerlo en marcha se desvió de PBT, cuyo director le cedió cartas de recomendación de Ugarte para pedir 1.000 pesos a cada intendente bonaerense en concepto de publicidad. Alvaro Abós lo cree plausible: "Para los conservadores era muy atractivo cualquier tipo de sociedad con Botana y sus fórmulas periodísticas que se proponían llegar a una masa de lectores amplia y poco letrada. (...) La aparición de Crítica se produjo simultáneamente a la de ciertos dirigentes que plebeyizan la élite conservadora. Los apellidos patricios del ochenta son sustituidos por otros como Barceló y Fresco. A este intento del régimen por volverse popular corresponde la tentación de abandonar como órganos periodísticos a los diarios vestales La Nación y La Prensa y buscar otro lenguaje".Ese otro lenguaje era ameno, sensacionalista, demagógico, imaginativo, fulgurante. Y, sobre todo, masivo: en sus páginas importaban más el fútbol y las carreras que el polo. Botana quería, según Carlos Ulanovsky, "evitar la solemnidad y hacer un diario para todos". Lo establece el editorial del primer número, aparecido el 15 de septiembre de 1913: "Surge Crítica a la arena del periodismo -que decían nuestros abuelos- sin programa, aunque con ideas. Un programa significa un exceso de petulancia, cuando no un propósito deliberado de incursionar en el campo solemne de las ideas trascendentales. Vieja práctica del cuarto poder, la repudiamos. Someternos a cánones sería abdicar de nuestra independencia y, lo que es peor, de nuestra alegría. Las cosas más graves, aun aquellas de amor y dinero, se pueden reducir a una fórmula amena".Crítica rompió con el modelo de los medios tradicionales mezclando noticias de radioteatro y de política, de deportes y de internacionales, de policiales y de cine; campañas contra el comisario torturador Leopoldo Lugones (h) y concursos como el de mentiras criollas, mujeres feas o payadores; una página permanente sobre el mundo obrero y un superhéroe de Dante Quinterno que en la década de 1930 se transformaría en Patoruzú. "Fue el primero en incorporar grandes fotos y dibujos; el primero también en colocarles epígrafe; el primero en incluir un suplemento deportivo, inventar secciones, imprimir en color, incorporar una revista a la edición, enviar un periodista de gira, denunciar un hecho de corrupción y anunciar las noticias con una sirena que hacía bramar desde la azotea" , enumeró Claudia Acuña. También fue muy particular selección de su personal: Raúl González Tuñón, Homero Manzi, Jorge Luis Borges, Roberto Arlt, Ulyses Petit de Murat, Samuel Eichelbaum, Jacobo Fijman y César Tiempo, entre otros.La prensa popular participó, como el cine y la radio, en el otorgamiento de ciudadanía a las masas urbanas, afirma Jesús Martín-Barbero en su estudio sobre la política de los medios que "mezclan lo noticioso a lo poético y la narrativa popular". Allí analiza el caso de Crítica, que en su opinión revolucionó el periodismo "rompiendo con el tono solemne y la ampulosidad de la prensa 'seria'" e introduciendo "una serie de elementos nuevos que buscaban explícitamente la conexión con los modos de expresión popular: reconstrucciones gráficas de sucesos, página policial en la que junto a la noticia propiamente dicha aparecía una composición en verso que comentaba el episodio, una escena callejera o viñeta de costumbres y una nota de diccionario lunfardo" .Inicialmente planeado como diario del mediodía, Crítica llegó a tener cinco ediciones -de la tercera, al mediodía, hasta la séptima, a las 23.30- y una tirada de 300.000 ejemplares, respuesta a su estilo periodístico impactante. Tanto peso tenía que "ningún diario estuvo tan cerca del primer golpe de Estado militar en el siglo (...) Fue el dibujante y caricaturista Diógenes Taborda el que un tiempo antes le inventó el mote de 'El Peludo' a Hipólito Yrigoyen, y fueron los vitriólicos editoriales de Santiago Ganduglia los que con su crítica sistemática y despiadada crearon el clima propicio para el derrocamiento del presidente constitucional" . En una editorial, Botana escribió: "Esto se acabó (...) Que renuncie". El día de la caída de Yrigoyen, Crítica rozó el millón de ejemplares. Y poco después, la dictadura de Uriburu clausuró el diario y encarceló a su director.Muerto Botana en 1941, el diario pasó a sus hijos Helvio y Jaime, a su mujer Salvadora Medina Onrubia, y por último a su yerno Raúl Damonte Taborda. Hasta que en 1951, durante el primer gobierno peronista "el ministro Miguel Miranda compró las acciones y se las mandó de regalo a Eva Perón -recordó Jorge Chinetti -. Lo curioso es que era un diario peronista escrito por antiperonistas". De la primera hora: en la tarde del 17 de octubre de 1945 habían titulado: "Grupos aislados que no representan al auténtico proletariado argentino tratan de intimidar a la población". En 1955, la familia reclamó la devolución del diario, en pleitos infructuosos. Crítica dejó de salir el 20 de octubre de 1963; de los rumbos que tomó su personal cabe destacar el de Juan Carlos Petrone, su secretario general, que en 1964 llegó con un alto cargo a Crónica.

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